¿Qué ventajas presentan los fondos de inversión?
Los fondos de inversión han adquirido un gran protagonismo en los últimos años. La caída de la rentabilidad de los depósitos los ha colocado en el primer lugar de la oferta financiera, llegando a ser contratados por personas que jamás lo hubiesen hecho en condiciones monetarias normales.
Un fondo de inversión es un patrimonio formado por las aportaciones de un conjunto de personas con el objetivo de invertir en diferentes activos financieros para obtener una rentabilidad. Este patrimonio no tiene personalidad jurídica, por lo que su gestión corre a cargo de una sociedad gestora, externa al fondo.
Cada fondo comercializado cuenta con una política de inversión, es decir, las pautas que el gestor va a seguir a la hora de invertir el patrimonio. El hecho de que establecerla sea obligatorio, ayuda tanto a los particulares a poder escoger el mejor fondo en función de su rentabilidad objetivo y el riesgo que están dispuestos a asumir, como al gestor a realizar su tarea de una manera más eficiente.
En cuanto a la composición de la inversión, prácticamente todos los activos financieros son susceptibles de poder ser incorporados al fondo: depósitos, bonos, acciones, derivados, etc. para cumplir los objetivos de la política de inversión. Y En función del activo predominante, encontramos varias categorías, tales como renta fija, renta fija mixta, renta variable, renta variable mixta, garantizado…
La principal ventaja que tiene esta forma de inversión es que permite posicionarnos en una gran variedad de activos a un bajo coste, permitiendo diversificar nuestros ahorros para reducir el de no mercado. Frente a las comisiones de compra de cada activo si invirtiéramos a título individual, los únicos gastos que soporta el fondo de inversión son la comisión de gestión y la de depósito. Adicionalmente, algunos pueden tener comisión de suscripción y de reembolso.
Otra ventaja importante es la fiscal. En primer lugar, el fondo como patrimonio solamente tributa al 1% sobre sus beneficios. En segundo lugar, el inversor solo tributa cuando la ganancia patrimonial se manifiesta, es decir, cuando hace líquida (reembolsa) su inversión. Si el dinero es traspasado directamente de un fondo a otro, no tiene repercusión fiscal. Además, si el fondo está en perdida y este es reembolsado, permite deducir esa pérdida patrimonial en la base imponible del ahorro durante los siguientes 4 años.
Los fondos de inversión han pasado de un patrimonio de 122.000 millones en 2012 a 216.000 millones en 2016, colocándose como el principal vehículo a día de hoy. La gran cantidad de ventajas que presentan les han aupado gracias al declive de los depósitos. Pero, hay que tener cuidado, sobre todo los inversores más conservadores. Incluso los fondos de renta fija alcanzan un nivel de volatilidad que puede hacerlos no recomendables para algunas personas, que deben conformarse con la rentabilidad de los depósitos.