Tras el año 2016, caracterizado por la volatilidad en los mercados de renta variable, toca pensar cuáles serán las estrategias que triunfen en este nuevo año. Las alternativas de inversión, si nos decidimos a hacerlo a través de fondos, son variadas: fondos indexados, fondos sectoriales, fondos de renta fija… Sin embargo, todo apunta a que lo más recomendable será una gestión activa y flexible.
Lejos quedan ya los años 2013-2015, en los que el modelo económico-financiero de expansión monetaria por parte de los bancos centrales provocaba crecimientos en las bolsas sin prácticamente volatilidad. En esa época, cualquier estrategia basada en la inversión en renta variable se traducía en retornos aceptables para los inversores. Sin embargo, en el año 2015 (y especialmente en el 2016), dicho modelo se agotó. Esto se ha traducido en un aumento de la volatilidad, especialmente acentuado con las dudas sobre China, la victoria del brexit…En dicho contexto, mientras que unas estrategias de inversión funcionaron bien, otras fueron un auténtico desastre.
En este contexto de volatilidad, ¿dónde debemos colocar nuestro patrimonio para obtener rendimientos aceptables?
Lo positivo que han tenido estos años de aumento de volatilidad ha sido el separar el polvo de la paja. Es decir, que mientras las buenas estrategias han obtenido buenos resultados, las más flojas han visto disminuir su valor liquidativo. Así pues, si el inversor está pensando en suscribirse a un fondo de inversión, debería tener en cuenta las siguientes premisas:
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Escoger un fondo de gestión activa, donde el equipo gestor cuente con la suficiente flexibilidad para poder posicionarse en aquellos activos en los que la relación rentabilidad/riesgo sea mejor en cada momento. Aunque la gestión pasiva es una alternativa complementaria a la gestión activa, en estos años en los que no todas las empresas suben por igual, la gestión activa ofrece un plus a los inversores.
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Dentro de esta familia de fondos, escoger a aquellos gestores o equipos de talento. Es capital contar con gestores que sean capaces de encontrar los diamantes bursátiles. Es muy importante, en palabras de José María Luna, no enamorarse de los fondos sino de las estrategias.
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Huir de los productos escaparate de las entidades bancarias. Ligado con lo anterior, no hay más seguridad a la hora de invertir que buscar un equipo gestor cuyos intereses estén alineados a los de los inversores. Como prueba, comparar las rentabilidades de gestoras como AzValor, Metagestión, Renta 4, EDM gestión… con las de los fondos de renta variable de las principales entidades bancarias.
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Cuidado con las comisiones. Algunos de los fondos tienen comisiones de gestión excesivas viendo la performance que han tenido. Dicha comisión provoca que la rentabilidad efectiva sea más baja de lo que esperamos o, incluso que esta sea negativa (fondos monetarios en momentos actuales)
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Finalmente, dentro de las buenas estrategias (gestores que han demostrado su buen hacer ante diferentes contextos), diversificar el estilo de inversión: value, growth, etc. No conviene obcecarse solamente con uno de ellos si podemos contar con todos a bajo coste.
Como conclusión, es recomendable que el inversor, previamente a tomar su decisión, cuente con la suficiente información. Esta debería consistir en dónde invertir, cuando invertir y, sobre todo, el por qué hacerlo. Finalmente, una vez invertido, ser paciente. Si el análisis fue correcto, los resultados tarde o temprano llegarán.