Una variación del dilema del prisionero aplicada al brexit
Como ya se explicó en la primera parte de este artículo, la situación acontecida en Reino Unido tras el brexit puede ser analizada desde la Teoría de Juegos. En esta segunda parte será explicada la situación desde el formalismo que exige dicha teoría.
El dilema del prisionero es el juego por excelencia que mejor representa la situación en la cual dos jugadores deben tener en cuenta la actuación del otro. Y sin dejar de lado la posibilidad de obtención de un beneficio o ganancia máxima individual y conjunta, la cual solo puede ser conseguida mediante una colaboración de ambas partes.
Fue desarrollado por Albert W.Tucker, profesor de John Nash a quien se le atribuye la Teoría del Equilibrio. El dilema del prisionero tiene un equilibrio de Nash y es precisamente la estrategia en la que ambas partes colaboran.
¿Qué es un equilibrio de Nash?
Se dice que un par de estrategias son equilibrio de Nash cuando para cada jugador que elija esa estrategia no existen incentivos a cambiarla por otra unilateralmente. Las estrategias son cada una de las opciones de las que disponen cada uno de los jugadores que en este caso contarán con una cada uno.
Por lo tanto, la formalización de las negociaciones del Reino Unido con la Unión Europea es la siguiente:
– Las dos estrategias que tienen cada uno de los implicados son ‘cooperar’ y ‘no cooperar’. Cuando hablamos de cooperación nos referimos a que entre los implicados se lleve a cabo un diálogo en el cual se traten los posibles acuerdos comerciales que se pueden llevar a cabo entre ellos a raíz de la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
– El beneficio asociado a cada una de estas estrategias varía en función de la intersección de cada una de ellas con la del contrario. La expresión gráfica de esto es la siguiente:
La tabla se lee por filas para Reino Unido y por columnas para la Unión Europea. Esta situación es peculiar porque solo obtienen beneficio cooperando. En cualquiera de las otras situaciones no obtienen beneficio ninguno porque aunque una parte quiera cooperar, si la otra no lo hace, no hay acuerdo posible.
Si miramos la tabla vemos que para la UE su estrategia de ‘no cooperar’, para cualquiera de las otras dos alternativas de las que dispone el Reino Unido, está débilmente dominada por su estrategia ‘cooperar’. Esto quiere decir que para la UE siempre que elija ‘no cooperar’ va a obtener una menor ganancia que si elige ‘cooperar’. Para el caso de Reino Unido sucede de igual manera. Por lo tanto, podemos eliminar para los dos jugadores su estrategia de no cooperación dejando como solución única de equilibrio de Nash (5,5) el par de estrategias de cooperación (cooperar, cooperar).
Si analizamos las cifras de comercio entre ambas partes nos damos cuenta de que una situación en la cual no haya cooperación es poco favorable para ambos: Reino Unido realiza el 51,4% de sus exportaciones a países de la UE y el 44% de sus importaciones proceden de países de la Unión Europea.
Para la Unión Europea la situación es la contraria de manera similar. Esto quiere decir que para ella el Reino Unido supone uno de los países más importantes que movilizan el libre mercado.
Vista la resolución del juego y las cifras de comercio podemos concluir que para que ambas partes no salgan muy perjudicadas deberán llevar a cabo una negociación sobre temas que atañen a la libre circulación de mercancías, capital y personas dentro del nuevo mercado conjunto que puedan formar.