Si usted está pensando en realizar un gasto o inversión y no dispone de dicho importe, notará que hay varios tipos de financiación en el mercado. Es importante escoger el más adecuado en cada situación, ya que escoger uno inadecuado les puede suponer un lastre en sus finanzas. La forma de financiación óptima va a depender del plazo en que lo queramos devolver y de la cantidad de fondos que necesitemos.
¿Qué tipos de financiación para particulares encontramos?
· La primera forma con la que podemos acceder a financiación es el préstamo hipotecario. Este se utiliza para financiar importes altos y el plazo de devolución suele ser superior a 10 años. El tipo de interés suele ser variable aunque algunas ofrecen durante un periodo de la vida del préstamo un tipo de interés fijo. Los intereses son más bajos que otras formas de financiación. Sin embargo, el constituirla tiene más gastos, sobre todos los derivados de establecer la garantía hipotecaria.
· En segundo lugar nos encontramos con los préstamos personales. Estos se caracterizan por financiar bienes de consumo duraderos, aunque pueden ser usados también para sufragar inversiones de pequeña cuantía. El plazo de amortización suele ser inferior a 10 años y el tipo de interés superior al de la hipoteca. Normalmente, cuantas más garantías se aporten para el pago de dicho préstamo menor será el coste del mismo. El tipo de interés también podrá verse reducido si se realiza algún otro tipo de producto, como puede ser un seguro de protección de pagos, o si aumenta la vinculación con su entidad, por ejemplo, domiciliando la nómina y los recibos. Las entidades que suelen ofrecerlos son los bancos y los establecimientos financieros de crédito.
· En tercer lugar, tenemos las tarjetas de crédito. Una tarjeta de crédito se instrumenta como la posibilidad de disponer de una cantidad de dinero siempre que esta sea igual o inferior al límite establecido. Este tipo de financiación se utiliza para compras a corto plazo (normalmente a un mes). La gran ventaja que presentan respecto del resto de formas de financiación es que permiten elegir la forma de pago (a fin de mes, una cuota mensual o un porcentaje cada mes). El inconveniente es que en caso de aplazar el pago durante meses, los intereses suelen ser muy altos, superiores a los de los préstamos personales. Son ofrecidas también por bancos y establecimientos financieros de crédito.