El tratado de libre comercio entre la UE y EE UU (TTIP, por sus siglas en inglés) es un acuerdo, el cual está siendo negociado, con el objetivo de establecer una zona de libre comercio entre ambos. Una zona de libre comercio es una forma de integración económica que se caracteriza por ser un mercado compuesto por dos o más países entre los que no hay aranceles. Sin embargo, cada uno de los países mantiene su propia política comercial, lo que deriva en que cada uno fija sus aranceles con el exterior. Una zona de libre comercio estaría en el escalón número dos en cuanto a cesión de soberanía, por encima de los acuerdos preferenciales y por debajo de las uniones aduaneras, los mercados comunes y las integraciones económicas y monetarias.
El establecimiento de esta forma de integración, si finalmente se culmina, traerá una serie de consecuencias para estas dos regiones. Podemos distinguir dos tipos de efectos en función de donde recaerán: efectos intrabloque y efectos extrabloque.
Los efectos para los países situados dentro del bloque:
·Abaratamiento de bienes y servicios (en nuestro caso norteamericanos) por eliminación de aranceles, así como el acceso a una mayor cantidad y variedad de los mismos.
·Un mercado más amplio donde colocar los productos.
·Aumento de los flujos comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos.
·Especialización de las regiones. Aquellas industrias que son menos competitivas y que resistían por la protección arancelaria, padecerán problemas o quebrarán en beneficio de las más eficientes.
·Cambios en la estructura laboral. Los trabajadores de las empresas del punto anterior se verán desplazados (u obligados a reciclarse) en favor de los trabajadores de los sectores más eficientes de la región.
·Pérdida de ingresos públicos como consecuencia de la supresión arancelaria.
Los países fuera del bloque se verán afectados de la siguiente manera:
·Encarecimiento de sus productos con respecto a los del país del que se han eliminado los aranceles (en nuestro caso EE.UU.). Esto supondrá un desvío de comercio desde el país de fuera del bloque (que es más eficiente en dicho producto) hacia los productos norteamericanos. (Previamente al TTIP estos dos países estaban en igualdad de barreras comerciales).
·Disminución de los flujos comerciales con los países extra-bloque.
·Disminución importante de beneficios (incluso quiebra) de aquellas empresas que, siendo más eficientes que sus homologas europeas o americanas, se ven desplazadas por el arancel.
·Pérdida de nivel de empleo como consecuencia del punto anterior.
En resumen, cualquier método de integración económica supondrá una ruptura del statu quo. Esto supondrá que algunos sectores saldrán beneficiados y otros saldrán perjudicados. Sin embargo, si observamos los datos que tenemos hasta ahora (Unión Europea o Nafta, por ejemplo), en términos agregados, la configuración de acuerdos comerciales ha traído más efectos positivos que negativos a los países firmantes.