Tras varias semanas de incertidumbre, el negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, contempla la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Londres antes de noviembre.
El pasado mes de agosto ha sido un mes muy complicado para las negociaciones con Reino Unido. La división política que sufre el país ha provocado el lento progreso de las gestiones sobre el Brexit con la Unión Europea. Al principio se alejaban de la posibilidad de llevar a cabo una “transición suave” dada la incertidumbre política, económica e institucional que presenta el país.
Además, el expresidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha advertido del peligro de ruptura interna de Reino Unido si Londres y Bruselas no concilian con respecto al Brexit. Una ausencia de pacto, según las declaraciones del expresidente, podrían desencadenar nuevas peticiones de independencia por parte de Escocia.
Barnier, por su parte, ha declarado que serán capaces de alcanzar un acuerdo en la primera parte de la negociación de aquí a las próximas seis u ocho semanas. Aunque el negociador jefe ha intentado calmar las aguas y ver el vaso medio lleno, también ha advertido de que sigue habiendo importantes diferencias entre la posición adoptada por Reino Unido y la Unión Europea.
El principal problema que se plantea a la hora de llegar a un acuerdo es el relacionado con las fronteras entre Irlanda e Irlanda del Norte y la protección de las denominaciones geográficas de la Unión Europea. La alianza deberá incluir los derechos y deberes de los expatriados y la factura de salida que tendrá que ser abonada por Reino Unido.
En definitiva, parece que tras los rumores que alejaban las negociaciones de una “transición suave” por parte de la UE y Reino Unido, Barnier (el negociador jefe de la Unión Europea) arroja cierta luz y optimismo con sus últimas declaraciones. Esperemos que consigan llegar a ese acuerdo exigido por Bruselas antes de que finalice el mes de octubre, tal y como exige Bruselas.