La votación de hoy en el Parlamento Británico no se va a celebrar. La previsible derrota de la primera ministra Theresa May le ha llevado a aplazar esta votación para ganar tiempo y tratar de lograr un acuerdo que sea más fácil de vender al Parlamento Británico.
El aplazamiento venia barajándose en los últimos días. El motín provocado por sus compañeros de partido más euroescépticos hacia presagiar una de las mayores derrotas de un primer ministro en el parlamento. De nada han servido las reuniones producidas durante estas dos semanas en las que May ha tratado de convencer para que dieran el voto a favor al acuerdo. “El Gobierno ha perdido el control de los acontecimientos”, declaró el líder laborista Jeremy Corbyn, en su réplica. El mismo que advirtió que no tiene sentido que May aplace la votación para volver a presentar “el mismo acuerdo” a los diputados y que le preguntó si estaba buscando lograr cambios sustanciales o sólo cosméticos.
Toda esta situación ha provocado un verdadero terremoto en la city, el centro financiero del Reino Unido. La libra esterlina ha caído a su valor mas bajo de los últimos veinte meses frente al dólar y al euro. Además, la Confederación de la Industria Británica ha advertido al país de que corre riesgo de “deslizarse hacia una crisis nacional”. Los planes de inversión congelados desde hace dos años y la imposibilidad de alcanzar un acuerdo en los próximos días llevaría al país de camino a dicha situación.
Además, durante el día de ayer conocimos la sentencia del Tribunal Europeo que autoriza a Reino Unido a revocar de manera unilateral el proceso de separación de la Unión Europea. La sentencia deja claro que cualquier país puede cancelar el proceso del articulo 50 sin la autorización del resto de países miembros.
En conclusión, el aplazamiento de la votación ha evitado la derrota que podría haber provocado la dimisión del gobierno. La dificultad para encontrar otro acuerdo ha hecho que la libra se desplome y que aumente la preocupación sobre el futuro a corto plazo del Reino Unido. Sin embargo, el Tribunal Europeo ha dejado abierta la posibilidad de acabar con este proceso de manera unilateral, lo cual ayuda al Reino Unido a parar este proceso si el acuerdo no es satisfactorio.