Tras la aprobación por parte del Congreso Chileno de la ley que permite a las personas (como medida de apoyo en medio de la pandemia) retirar el 10% de sus fondos de pensiones se ha despertado la ambición de quienes lo respaldan al grito de «vamos por más». Aunque este ajuste nació como «sólo una medida de emergencia» los autores del proyecto de ajuste al sistema implantado bajo a dictadura de Augusto Pinochet que a medida que crece en popularidad, tambien amplía la ambición de quienes lo respaldan asentando un duro golpe al modelo económico de Chile de libre comercio.
Este es un giro importante en un país conocido como «baluarte del libre mercado» y que ha servido de ejemplo a países vecinos como lo son Perú y Brasil. Aunque en principio el proyecto ha establecido un tope del 10%, han surgido ideas que plantean incluso el acceso a la totalidad de los fondos.
Recordemos que el modelo actual pasa por la celosa administración por parte de entidades privadas con acceso estrictamente controlado, sin embargo esta ley ha abierto la puerta a nuevas incursiones contra estos fondos administrados por entidades privadas. A pesar de las advertencias de los expertos sobre los costes fiscales a largo plazo en países como Brasil y México tienen iniciativas similares, incluso Perú ha aprobado una ley que permite la retirada del 25% a sus ciudadanos de sus pensiones de forma anticipada.