Las cuentas de Boeing en este primer trimestre del 2019 se han resentido por los siniestros sufridos por su último modelo de avión, el 737 Max. Concretamente el beneficio ha caído un 13%, hasta los 2.149 millones de dólares.
Las estimaciones para el resto del ejercicio han sido paralizadas. Esto se debe a que, tras los accidentes, la producción de este modelo de avión se ha paralizado. Además, la compañía ha señalado que no sabe cuándo y en qué condiciones podrá volver a volar.
Las medidas tomadas por el momento se han dado en el software del avión. Las mejoras se están implementando con la colaboración de sus clientes, las aerolíneas, y los reguladores de cada país. Dichas mejoras van a ser complementadas con formación a los pilotos. La empresa asegura haber realizado ya más de 135 vuelos de prueba con el avión actualizado.
Los ingresos en el primer cuarto del año han caído un 2%, hasta 22.917 millones de dólares, y el beneficio de las operaciones decrece un 18%, marcando ahora 2.350 millones. El margen operativo de Boeing en el trimestre es del 10,3%, desde el 12,3% declarado al cierre de marzo de 2018. La empresa ha destacado en su presentación de este miércoles que ha sido capaz de generar 2.800 millones de caja (un 11% menos) y ha repartido 1.200 millones de dólares en dividendos, que han subido un 20%.
La entrega de aviones ha descendido, de las 184 unidades del primer trimestre de 2018, a 149. Boeing tiene pedidos de 5.600 aviones, valorados en cerca de 400.000 millones de dólares.
En conclusión, los gravísimos accidentes sufridos por Ethiopian Airlines y Lion Air, ambos de un Boeing 737 Max ya se están notando en las cuentas de Boeing. La paralización de entregas, las anulaciones de los nuevos pedidos y las inversiones en subsanar los errores de este modelo hacen que aún la compañía no pueda estimar sus cuentas anuales. En función de cómo sean capaces de resolver este problema, el futuro de la compañía será más o menos próspero.