Había mucha incertidumbre con respecto a lo que la FED decidiría con su política monetaria. Dicha incertidumbre ha sido disipada tras la reunión mantenida por el organismo: no habrá subida de tipos este año, por lo que se mantendrán entre el 2,25% y el 2,5%.
Los miembros del consejo además no prevén que se suban los tipos durante este próximo año. Esto cambia radicalmente lo previsto por el mercado, que cifraba en dos subidas las que podrían producirse a lo largo de este 2019.
Esta ralentización en la normalización monetaria se debe a las débiles presiones inflacionistas, lo que permite a la entidad “aguardar y ayudar” en el desarrollo económico y financiero mundial.
Además, el banco central estadounidense ha rebajado las previsiones de crecimiento para su economía domestica. Para el año en curso la entidad ha rebajado hasta el 2,1% (frente al 2,3% anterior) el crecimiento previsto para el 2019 y en una décima, hasta el 1,9%, el previsto para el año próximo. «Los datos desde septiembre muestran que el crecimiento se ha desacelerado más de lo esperado», ha reconocido el propio Powell que, pese al frenazo de los últimos meses, espera que la economía de EEUU «se expanda a un ritmo fuerte en 2019.
Desde un punto de vista global, los riesgos también se han incrementado. La incertidumbre con respecto al Brexit y la evolución de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China son los principales que planean ahora.
A pesar de esta ralentización, sí es cierto que la normalización monetaria está más extendida en los Estados Unidos que en Europa. En nuestra zona monetaria los tipos de interés aún están al 0%. Además el Banco Central Europeo prepara para el mes de septiembre nuevos estímulos monetarios que no hacen otra cosa que alejar una posible subida de tipos.
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