Los estrategas de JP Morgan creen que, una década después del colapso de Lehman Brothers, tendremos una nueva crisis el próximo año 2020. Aun así, aunque los bancos centrales no podrán usar los “chorros” de liquidez que ayudaron a suavizar la crisis de 2008, afirman que se tratará de una recesión más suave y menos dolorosa que los episodios ya pasados.
Han llegado con certeza a esta afirmación a través de la creación de un modelo, destinado a medir tanto el momento como con qué gravedad llegará esta próxima crisis financiera, que sugiere que los inversores deberán estar preparados para 2020.
Pero… ¿en qué consiste ese modelo?
La metodología de JP Morgan calcula los resultados en función del grado de apalancamiento, de la duración de la expansión económica o de la próxima posible recesión, de las valoraciones de los precios de los activos y del nivel de desregulación e innovación financiera previo al comienzo de la crisis.
¿A qué conclusiones han llegado los analistas de JP Morgan?
Como hemos comentado antes, se tratará de una recesión de tipo medio. Por tanto, el modelo muestra unas estimaciones de caídas de precios en acciones y bonos mucho más suaves que las de la crisis de 2008. Aun así, las predicciones incluyen una caída del 20% en la Bolsa estadounidense y un aumento de la prima de riesgo de la deuda del país de 115 puntos básicos.
La peor parte, según los estudios de JP Morgan, podrían llevársela los mercados emergentes dado que sus bolsas caerían un 48% y sus bonos soberanos incrementarían su prima de riesgo en 2,79 puntos porcentuales con respecto a Estados Unidos, además de sufrir una caída del 14,4% en el valor de sus divisas.
En definitiva, los estrategas de JP Morgan, John Normand y Federico Manicardi, resaltan que la gran incógnita de las estimaciones reside en la duración de la recesión. El principal problema es la carencia del suficiente espacio monetario y fiscal por parte de los legisladores para poder salvar a las economías de la próxima recesión.