Nuevo incumplimiento del déficit acordado con Bruselas
Hace unas semanas salieron a la luz los datos acerca del nuevo incumplimiento del déficit por parte del Gobierno de España. Nada nuevo bajo el sol y nada a lo que los españoles no estemos acostumbrados. España vuelve a estar por encima de lo acordado con Bruselas y sigue gastando más de lo que ingresa.
Es por ello que vimos recientemente al comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, anunciando que la Comisión Europea pedirá un ajuste extra para España de 8.100 millones de euros con el objetivo de alcanzar el 2,5% de déficit en 2017, al mismo tiempo que anunciaba el aplazamiento hasta julio de la fecha en que sería tomada la decisión sobre si nuestro país es multado o no (aunque algunos analistas se atreven a asegurar que España no va a ser sancionada en ningún caso). Recordemos que España cerró 2015 registrando 54.965 millones de euros de déficit, que suponen el 5,08% sobre el PIB, más de 8 décimas de lo exigido y acordado con Europa.
Con estas cifras sobre la mesa, toca ver ahora cómo el gobierno avanza en este sentido: si volviendo a aumentar la presión fiscal o reduciendo el gasto público. Hace poco, el actual presidente en funciones habló sobre su intención de bajar impuestos “si la situación económica lo permite” (y si continúa en el poder después del próximo 26 de junio). La cuestión sería si tras este incumplimiento y estás palabras de Moscovici, la situación resulta favorable a ojos de nuestro presidente o no.
Como consecuencias más notables de tener un abultado déficit podríamos destacar las siguientes:
· El llamado efecto de expulsión real. Aunque actualmente España esté reduciendo su déficit comercial y mejorando la balanza de pagos, un mayor déficit (elevado incremento del gasto) contribuye a que las importaciones aumenten.
· Una abultada inflación. Cuando la creación de dinero se convierte en la fuente principal de financiación, si nos excedemos con ella, puede derivar en un déficit muy elevado que aumenta la inflación.
· La detracción de recursos de la economía. Esto se produce dentro del sector privado para poder ser financiado. Tiene un impacto negativo sobre el volumen de ahorro de un país. Del mismo modo, el aumento del déficit provoca una reducción en la acumulación de capital y, por tanto, del nivel de producción en el largo plazo.