Entrevista a Diego Sánchez de la Cruz
Hemos tenido el placer de charlar con el periodista y economista Diego Sánchez de la Cruz sobre la relación del capitalismo con la pobreza y la desigualdad. El director del ThinkTank Civismo nos expone su opinión sobre una serie de ideas que están muy presentes en el debate económico nacional.
P: En los últimos años, a raíz de la crisis que hemos sufrido, se ha intentado echar parte de la culpa de todo ello al sistema capitalista. ¿Se puede culpar al capitalismo de la crisis económica?
R: Es una muy buena pregunta porque, efectivamente, cuando las cosas van bien nadie le estaba dando las gracias al sistema capitalista que está generando tanto progreso y tanto desarrollo. Y cuando se empezó a generar un progreso artificial durante los años de la burbuja, nadie le echó la culpa a quienes la inflaron: los políticos con las cajas de ahorro, con ese préstamo politizado que inflaba una burbuja de la construcción y que creaba un nivel de vida artificialmente elevado en España. Y a nivel europeo con las políticas monetarias que tuvimos. Estábamos creando una sensación de prosperidad adicional que no era cierta.
Y entonces ahora de lo que se trata es de buscar culpables, ¿no? Y lo que yo creo que debemos tener en cuenta es que si el origen de esta crisis fue el pasar de un modelo de crecimiento sostenible, a un modelo insostenible de crecimiento inflado, de crecimiento “burbujero”, como tuvimos en los años del boom inmobiliario. Lo que tenemos que analizar es de qué manera se gestó eso.
Y la pregunta es ¿tenemos un sistema financiero o teníamos, mejor dicho, un sistema financiero libre, capitalista, competitivo, y privado? No, en España teníamos más de la mitad del sistema, más de la mitad de las entidades del sistema eran cajas de ahorro en las cuales mandaban los políticos, los sindicalistas, y la patronal con sus asambleas y directamente los políticos al cargo. Estamos cansados de ver como los créditos que daban las cajas de ahorro, que iban en masa al sector inmobiliario, no se regían por criterios de solvencia. Y pudimos comprobar, en cuanto hubo un resfriado financiero a nivel global, como muchas de esas entidades no eran solventes porque se habían sobreendeudado.
Si a eso le añadimos la forma en la que los políticos no solamente no pararon la burbuja inmobiliaria, sino que se alimentaron de los ingresos públicos que se derivan de la compra-venta de casas y los sectores paralelos para de esa forma hacer un estado aún más grande, que gastaba más y que podía dar aún más beneficios: más cheques bebes, más subsidios, más regalos para los contribuyentes de una u otra forma. Al final, lo que tenemos es que cuando las cosas han ido mal por una burbuja inmobiliaria, cebada desde el poder político, tenemos que echar la culpa al poder político. Y no echar la culpa al sistema de economía de mercado que poco tiene que ver con las cajas de ahorro que eran la banca semipública. Y poco tiene que ver con el aumento del gasto público que es el que ahora nos ha traído una crisis de deuda.
P: La frase: los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobres… ¿el capitalismo concentra la riqueza y acrecienta la desigualdad?
R: El capitalismo no concentra la riqueza, ni acrecienta la desigualdad. Pero si es cierto que en una economía de mercado lo ricos son más ricos. Lo que no es cierto es que los pobres sean más pobres, ya que a lo largo de los años hemos visto cómo se pueden generar aumentos o descensos de la desigualdad en las economías de mercado.
Por ejemplo, ahora mismo en China ha aumentado mucho la desigualdad, antes eran muy iguales pero eran muy pobres. España es un país que ahora tiene más desigualdad que en los años 40 y 50. Ahora somos menos pobres pero más desiguales. Desigualdad y pobreza no es lo mismo. Y cuando nos preocupamos de la desigualdad tenemos que tener en cuenta que los países más igualitarios del mundo son, por ejemplo, Afganistán o Dinamarca. No tienen nada que ver, pero ambos son países muy igualitarios. Otro ejemplo, en Cuba hay mucha igualdad y en Florida hay mucha desigualdad pero, ¿dónde vive mejor la gente? evidentemente en Florida. Si no, no habría cubanos que se tiran al mar en balsa para escapar del paraíso comunista que no es más que un infierno.
Es cierto que los ricos ganan más con el capitalismo, pero la tendencia ha sido de clara reducción de la pobreza y aumento de los ingresos de las rentas medias y bajas, y eso lo reconocen todas las estadísticas de la ONU. Sin embargo, es cierto ese san Benito de los ricos son más ricos y los pobres son más pobres… lleva mucho tiempo circulando y ya se escuchaba en el S.XIX y es un eslogan que ha calado mucho y que está presente en la literatura de Víctor Hugo, de Dickens… Y que ahora se sigue escuchando en el debate público. Sin embargo, para tener la respuesta nos vamos a los datos objetivos y, vemos que a nivel global hay cada vez más ricos, cada vez más clase media, y cada vez menos pobres. Y eso es una buena noticia.
P: Hablando de desigualdad. Quizá de la que más se habla sea de la desigualdad de renta. El impuesto a las grandes fortunas es una medida de la que escuchamos mucho hablar. ¿Crees que es una medida acertada? ¿Es mejor gravar la renta o el consumo?
R: Yo creo que cuando hablamos de desigualdad es importante hacer la distinción que tú has hecho: entre lo que es la desigualdad de renta y la desigualdad de patrimonio, y otras desigualdades como la de consumo. Si te fijas, por ejemplo, en la desigualdad de patrimonio, España es de los países más igualitarios del mundo. Sin embargo, los países del norte de Europa que se suelen poner como ejemplo porque tienen una desigualdad de renta muy baja, están a la cabeza del mundo en desigualdad de patrimonio. Al final, no hay un único indicador o criterio según el cual podemos medir la igualdad.
Si medimos la desigualdad de consumo podemos ver que hay países donde sube la desigualdad de renta y baja la de consumo. ¿Cómo es posible esto? Pues yo quiero que te preguntes cuánto cuesta hoy en día viajar, comprar ropa o comer. Y cuanto costaba hace 10, 20, o 30 años. Vivimos en los años del low cost, de la revolución de los costes bajos. Un mismo sueldo aunque no aumente, tiene más poder adquisitivo como resultado de este tipo de cuestión.
De hecho, hay políticos que se niegan a que se nos sigan abaratando los costes y se quejan de que baje la inflación, cuando esto es una buena noticia. También se quejan de Uber, Airbnb, y todas estas aplicaciones que nos ayudan a tener costes más bajos y que haya más competencia.
Me preguntabas en concreto por los impuestos como solución a esto. Cuando queremos analizar la cuestión de la desigualdad de renta tenemos que ver si ha aumentado o disminuido en España. En España ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, no es un país de una desigualdad especialmente alta… se mueve en torno a la media europea y, si ajustamos los datos, se sitúa incluso por debajo porque es un país con mucha propiedad de vivienda. Pero si queremos corregir la cuestión de la renta tenemos que fijarnos en por qué ha aumentado esa desigualdad en España. La respuesta es que han bajado los sueldos de las personas de ingresos medios y bajos, no que han aumentado los de ingresos altos. Estos últimos han tenido una caída leve de sus ingresos. Sin embargo, conforme vas pasado a niveles de renta más bajos, su caída de ingresos ha sido más fuerte.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué en España los ricos se han más ricos, y los pobres más pobres, y las clases medias menos clases medias?… no, porque todos los niveles de renta han perdido ingresos pero quienes están en niveles más bajos han perdido más con esta crisis.
Y el 80% de esa caída se explica por el desempleo. Por lo tanto, hablar de desigualdad en España es hablar de crear empleo como solución. El problema de que haya aumentado la desigualdad en España, si es que eso es un problema porque no siempre más igualdad es más prosperidad, el 80% del problema se debe al aumento del paro. Eso es lo que explica que aunque todos han perdido renta, los ricos hayan perdido mucha menos.
Pero no se ha producido un enriquecimiento de los más ricos. Por lo tanto, tiene menos sentido aún ponerle más impuestos de los que ya pagan. Pero más impuestos nunca debemos recomendarlos, ni a los ricos, ni a las clases medias, ni a los pobres. Lo que necesitamos es menos impuestos para todos para tener más dinero en el bolsillo.
P: La tan criticada reforma laboral: ¿Crees que ha sido un acierto del gobierno?
R: Tan criticada por quienes están a favor del país en el que España ponía 3 de cada 4 parados que se generaban en la Unión Europea. Ahora mismo, España es el país que más empleo esta creando en la UE, y vemos como la tasa de paro, en cosa de año y medio, ha pasado del entorno del 26% al 20%. También tenemos los informes de Civismo, del BBVA, y de distintas instituciones que acreditan que si la reforma se hubiese aplicado al principio de la crisis, hoy tendríamos un paro entorno al 11% o 12%. Quienes critican la reforma deberían decirle a ese 8% de paro adicional que tenemos por no haberla aplicado antes, que prefieren que estén sin un puesto de trabajo a que lo tengan.
Y luego entrando valorar la calidad del empleo y como se distribuyen los puestos de trabajo en España. Si obviamos la propaganda política que escuchamos a izquierda y derecha, y nos vamos a los datos oficiales de los institutos de estadísticas, lo que sabemos es que 3 de cada 4 contratos, de manera estática ahora mismo, son contratos fijos. Y solo 1 de cada 4 es temporal. Y que dentro de ese segmento, los contratos de menos de 1 mes, son solo el 1% de todos lo contratos que se firman en España. Además, los contratos indefinidos llevan dos años aumentando. Se está generando empleo temporal y empleo indefinido.
Y también quiero recordar una cosa: el empleo temporal es muchas veces la puerta de entrada al empleo indefinido. Hay mucha gente que empieza con una beca, con un contrato por horas… y que gracias a la experiencia que gana consigue un empleo permanente en esa u otra empresa. Y sin experiencia, y sin las puertas abiertas a quien quiera trabajar, no vamos a ningún lado.
Por lo tanto, un éxito la reforma a laboral. El problema es que no la hayamos hecho antes y que se puede hacer mejor aún.
P: Uno de los sectores más afectados por el desempleo son los jóvenes. Contamos con personal cualificado pero, sin embargo, eso no se refleja en los sueldos de los jóvenes. Además, tenemos un gran problema en nuestro sistema educativo. ¿Qué es lo que está ocurriendo?
R: Pues para empezar si te fijas el abandono escolar está en el 25%. Por sistema, 1 de cada 4 jóvenes va a estar desempleado en cuanto la situación se ponga muy mal. Porque a los 18 años ya tienes un 25% de jóvenes que se han salido del sistema por completo. Si 1 de cada 4 no ha completado ningún tipo de formación: formación profesional, una carrera, la secundaria o el bachillerato. Si hay un 25% de los jóvenes que están en esa situación, no vamos a conseguir nada.
Y luego si avanzamos a ver qué le ocurre al resto, es que somos víctimas los jóvenes de un mercado de trabajo dónde el coste de contratación es muy alto. Si pensamos en el salario mínimo, 650 € al mes, es un sueldo bajo. Sin embargo, el salario mínimo en la mayoría de países no está gravado con impuestos de la manera en la que lo está en España. En España, el sueldo mínimo es de 650€. Pero el coste mínimo para la empresa es de 1100€. No es lo mismo contratar a alguien por 650€ que por 1100€. Por lo que un joven sin experiencia, por 650€ de coste para la empresa si encontraría trabajo. Por 1100€ es mucho más difícil.
Y cuando hablamos de salario mínimo, tenemos que pensar siempre en coste laboral, porque si el coste laboral fuese equivalente a lo que se cobra, muchos jóvenes habrían encontrado empleo más fácilmente.
P: Educación ¿pública, privada, o concertada?
R: Yo creo que es importante abogar por que los padres puedan elegir. Si ahora mismo vemos cual es el gasto por alumno, nos encontramos con que en la lista de los 100 mejores colegios, solo hay 10 en los que el estado no le podría estar pagando a cualquier familia. Porque el gasto por alumno de la educación pública es muy alta. Y el coste que tendría enviar a muchos alumnos a la concertada o a la privada, si así lo eligiesen los padres, sería equivalente a un ahorro de impuestos. Porque ahí los costes son más bajos.
Lo que yo propongo es que los padres elijan si quieren que sus hijos vayan, con el dinero de sus impuestos, al colegio público, al privado o al concertado. Que los padres puedan elegir y que de esa forma se generen oportunidades de crecimiento y desarrollo.
En primer lugar aumentaría la competencia. Que los colegios tengan que competir para tener mejores resultados y preparar mejor a los jóvenes y diferenciarse unos y otros. Y en segundo lugar se generarían más oportunidades de empleo: porque como habría más competencia y habría más generación de riqueza, esto beneficiaría a las personas que quieren ser profesores, o empresarios de este tipo de sectores. Y además tendría un efecto positivo para la mujer. La mujer tiene mucho más peso en la educación o la sanidad, y como no hay muchas empresas en estos sectores, la mayoría son monopolios públicos, las mujeres tienen menos oportunidades de crecer y alcanzar la dirección. Los hombres se concentran en sectores más privados y por eso consiguen sueldos más altos. Sueldos en sectores donde no hay monopolios públicos tan grandes.
Yo favorezco el sistema del cheque escolar, del cheque sanitario. Que podamos elegir donde se destina el dinero que hemos pagado en impuestos: si para un colegio público o privado, un hospital público o privado. El coste fiscal sería el mismo o más barato, y los propios padres podrían ir comprobando cual les gusta más.
Por último. Es algo tan lógico que ya se está haciendo en muchos países como Suecia.
P: No es hasta que vienen los malos tiempos cuando nos paramos a reflexionar. ¿Crees que hemos aprendido algo de la crisis?
R: Yo creo que empieza a ver dos Españas: una España que cree mucho en el esfuerzo y que se da cuenta de que las cosas no salen gratis, que no siempre puede haber una prosperidad garantizada y que los errores se pagan. Que hacen falta reformas que debemos asumir e interiorizar y que la próxima vez que haya una crisis, por ejemplo, tendremos que bajarnos los sueldos porque si no volveremos a irnos al paro 1 de cada 4 trabajadores, y tenemos que darnos cuenta de que no existen los unicornios, de que no existen soluciones mágicas y que no podemos evitar la crisis. Me parece muy peligrosa la idea que se escucha en el debate político de que los políticos podrían acabar con la crisis si ellos quisiesen.
No es así. Hay que hacer reformas muy duras y la población tiene que entenderlas, asumirlas y apoyarlas. Hay una España que yo creo ha aprendido todo eso. Una España silenciosa quizá, que va todos los días a clase para sacarse su título y que sabe que cuando salga al mercado de trabajo no lo va a tener fácil porque va a tener que competir en la vida.
Y luego hay otra España que creo ha caído en las redes y en los cantos de sirena del populismo, que se cree que el estado nos puede sacar de la crisis: que no hay que hacer sacrificios y que la crisis se soluciona bajando el sueldo a los políticos o subiendo los impuestos a los ricos.
Cuando haces mínimamente las cuentas, de lo que te das cuenta es que esas políticas populistas lo único que han conseguido es arruinar Grecia. Creo que hay segmentos de la población española que salen de esta crisis más maduros, que han perdido la inocencia. Se han dado cuenta de que hay fases buenas y malas, que hay que abrirse y competir, ser más flexible y adaptarse, y ser más dinámicos.
Sin embargo, hay otra que sigue pensando que los unicornios existen, que hay soluciones mágicas a los problemas. Creo que los segundos van a encontrar empleo y van a salir adelante y, que los segundos, van a vivir lamentándose, echando la culpa a los demás de sus problemas, y que demuestran poca capacidad de aprendizaje.
P: ¿Cuáles crees que son las 3 grandes reformas económicas que necesita emprender España a corto y largo plazo?
R: A largo plazo: la reforma de la educación, la sanidad y todo el estado de bienestar junto a las pensiones. Y ahí lo que hay que tratar es que sean más sostenibles, que se pueda elegir entre proveedor público y privado, y que haya más competencia entre los mismos. De esa forma no se nos disparan los costes, tenemos un servicio mejor, más dinámico, y hay más margen de libertad.
A todos nos gusta poder elegir a que restaurante o tienda vamos. Que nos dejen elegir entre colegios y universidades con mayor libertad y con mayor capacidad de pagárnoslo. Porque el coste que estamos gastando en un sistema casi monopólico público, en muchos segmentos de la educación, es muy alto. Y ahí están los resultados, que son malos.
Y a corto plazo dos reformas para aplicar serian la reforma laboral número 2: reducir el número de contratos, porque ahora mismo hay 40 tipos de contratos lo que es una locura, reducir los impuestos a la contratación, porque ahora el 40% del sueldo se va a pagar impuestos y no al trabajador, y por otro lado, el tomarnos también en serio la cuestión de las instituciones. Habría que mejorar el funcionamiento de la justicia, la lucha contra la corrupción… porque eso también daña una democracia al estar todos los días levantándote con escándalos de corrupción.