Theresa May ha viajado a Estrasburgo para reunirse con Jean Claude Junker en un último intento de lograr un nuevo pacto horas antes de que se vuelva a votar en Londres.
La incertidumbre provocada por el “punto muerto” en el que se encuentra el acuerdo del Brexit, a tan solo unas horas de la votación final y ante la posibilidad de que sea el propio Parlamento el que decida entre el “no acuerdo” y la extensión del artículo 50, está afectando a toda Europa.
Se prevé que más de 100.000 puestos de trabajo en Alemania podrían correr peligro si finalmente Reino Unido abandonara la Unión Europea sin acuerdo previo. Si Reino Unido abandona la Unión Europea sin un acuerdo, el país volverá a cobrar aranceles aduaneros a las importaciones, lo cual tendría efectos negativos sobre los empleos alemanes relacionados con la merma de las exportaciones.
Además, un Brexit sin acuerdo interrumpirá las operaciones de Japón, Reino Unido y algunos fabricantes de vehículos alemanes que cuentan con una notable capacidad de producción. La producción de estos fabricantes de vehículos está muy interconectada con la Unión Europea, por lo que un Brexit sin acuerdo creará un impacto negativo muy significativo a través del cese del comercio sin aranceles con los países de la Unión Europea.
Esto llevará consigo la disminución de las ventas de vehículos en Estados Unidos, la posible desaceleración del crecimiento del 2% y el 1’8% en 2019 y 2020 respectivamente, y el “ligero” crecimiento de las matriculaciones en Europa Occidental.
En definitiva, si Theresa May no consigue lograr un acuerdo con Bruselas y encaja una derrota similar o mayor a la sufrida a finales del pasado mes de enero, toda Europa se verá afectada negativamente. Tendremos que esperar a las votaciones para conocer el resultado de esta encrucijada.