Según el DRAE, revolución significa un cambio profundo, generalmente violente, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional. Al ser esta revolución tecnológica únicamente de índole económica, estos cambios no son violentos, pero si profundos, causando transformaciones de calado en nuestras vidas.
Varias han sido las revoluciones económicas en la historia del ser humano, entre ellas a destacar el descubrimiento del fuego y la revolución industrial. Todas se caracterizan por ser un punto de corte con lo anterior dado que el modo de vivir cambia radicalmente en pocos años. La aparición de Internet y las conexiones que este permite están cambiando radicalmente nuestros hábitos dejando como obsoletas gran parte de nuestras costumbres de hace apenas 10 años.
A pesar de que el prototipo de internet data de 1969, es en esta última década cuando se está aprovechando gran parte de su potencial. La invención del smartphone ha sido únicamente la punta del iceberg ya que ha desencadenado nuevos modelos de negocio y nuevas funcionalidades para productos ya existentes. Posteriormente, la posibilidad de conectar objetos cotidianos, como los televisores y los relojes, ha continuado con la evolución iniciada con los teléfonos móviles.
¿Estamos llegando al final de esta revolución?
Precisamente estamos en el comienzo. Aún la técnica se encuentra en un estado de desarrollo muy temprano en campos como la robótica y sus aplicaciones, los nuevos automóviles y nuevas formas de transporte, la inteligencia artificial… Además, inherentes a estos avances, la biotecnología y todo su estudio para curar enfermedades y la preocupación por encontrar fuentes de energía más limpias son sectores con mucho potencial que aún están en pleno desarrollo.
Lo mejor es, que a día de hoy, cualquier inversor ya puede posicionarse en estos campos. Gracias a los fondos de inversión podemos destinar un porcentaje de nuestro patrimonio en distintas empresas que están desarrollando estos negocios con el fin de encontrar a la ganadora. Como ejemplos de vehículos tenemos Pictet Robotics, Allianz Global Artificial Intelligence, Vontobel Clean Technology o Candriam eqs Biotechnology.
Como dato importante, son imprescindibles altas dosis de paciencia para obtener resultados. Es obvio que estos negocios aún son muy nuevos y no podemos dilucidar que empresas saldrán ganadoras y cuales perdedoras del proceso. Sin embargo, es seguro que cuando estos cambios se materialicen provocarán cambios importantes en la estructura económica con la consiguiente rentabilidad para los que apostaron por ellos desde el principio.